Los arrecifes de coral son los ecosistemas marítimos con mayor biodiversidad, en ellos habitan aproximadamente el 25% de la vida marina.
Nos brindan gran cantidad de bienes y servicios ambientales de importancia para la humanidad. Su alta complejidad estructural proporciona refugio a gran variedad de peces y organismos marinos, sirviendo como zonas de alimentación, reproducción y cría de especies claves, muchas de gran importancia comercial, convirtiéndolos en uno de los ecosistemas más productivos.
Constituyen una barrera protectora a la línea de costa, evitando perdidas de estructuras y playas por erosión y embates de tormentas tropicales. Además representa una forma de vida para muchas comunidades costeras quienes dependen directamente de la actividad pesquera, así como fuente de alimento para la población. Tiene un gran valor como lugar recreacional, ya que contribuye a la formación de playas y su belleza representa un atractivo para buceadores y visitantes, actividades que son base de la economía turística de República Dominicana.
Los arrecifes de coral se enfrentan a factores adversos a diferentes escalas que comprometen su supervivencia. Situaciones globales como el Cambio Climático, han producido una de las mayores amenazas para estos ecosistemas en la actualidad: el blanqueamiento de corales, a causa del incremento de la temperatura de los océanos. Además también está relacionado con el aumento en la frecuencia e intensidad de las tormentas tropicales que atentan contra la estabilidad de las estructuras de los arrecifes de coral que protegen nuestras costas.
La acidificación de los mares, producto de la emisión no controlada de dióxido de carbono (CO2) a la atmosfera, sobre pasa la capacidad de los océanos de absorberlo. Este exceso de CO2 causa cambios en su química haciéndolo más ácido, lo que dificulta que los corales y otros organismos marinos formen estructuras (esqueletos y caparazones) de Carbonato de Calcio, incidiendo en su crecimiento y resistencia a enfermedades.
En República Dominicana, las amenazas directas sobre estos ecosistemas principalmente son la sobrepesca y pesca con artes destructivas, desarrollo costero no planificado, turismo insostenible, la contaminación de las aguas, mala gestión de la basura y el desconocimiento de la población sobre la importancia de estos organismos.
Controlando estas amenazas locales contribuimos a mejorar la capacidad de los arrecifes para resistir y adaptarse mejor a las pérdidas por cambio climático.