8 junio, 2019
PUNTA CANA —. En el Día Mundial de los Océanos, Grupo Iberostar inaugura hoy su nuevo laboratorio de corales en pleno corazón del Caribe. Ha sido concebido para contribuir a proteger la vida marina frente al aumento global de las temperaturas, y para defender la pandemia que está devastando los arrecifes coralinos a pasos agigantados.
La enfermedad que produce la pérdida de tejido del coral pedregoso (SCTLD, por sus siglas en inglés) y cuyo primer brote tuvo lugar en Florida Central en 2014, dejó una estela fantasmal de restos de arrecifes de coral decolorados y se ha expandido ya a México, las Islas Vírgenes de EE. UU., St. Maarten y también a la República Dominicana, donde llegó repentinamente en el mes de marzo.
La Dra. Megan Morikawa, Directora de Sostenibilidad de Iberostar, bióloga marina y Doctora en restauración de corales, presenció la aparición de esta plaga blanca submarina mientras ultimaba, junto con su equipo, los preparativos para el nuevo laboratorio de arrecifes de coral en la República Dominicana. Avanzando a un ritmo sin precedentes, Iberostar, junto a la ayuda de un grupo de miembros de la comunidad científica, el gobierno dominicano y varias ONG, entre otros, terminaron el laboratorio en el plazo de un año, justo cuando la enfermedad del coral empezaba a infectar los arrecifes locales, ocho meses antes de lo esperado.
En palabras de la Dra. Morikawa: “No éramos verdaderamente conscientes al inicio del proyecto, pero estábamos construyendo el Arca de Noé para los arrecifes de coral”. El Coral Lab, que se inaugura hoy, albergará inicialmente 10 especies y 180 corales individuales (la mayoría de instalaciones similares solo cuentan con unas pocas especies). Construido en lo que fue una palapa de yoga y en primera línea de mar, el centro opera bajo unos estándares científicos rigurosos, aunque está abierto a clientes de los hoteles y visitantes, como parte de las tareas de concienciación y educación que Iberostar está impulsando. Los niños, a través del programa de entretenimiento Star Camp que impulsa la cadena, también están invitados a visitarlo y a convirtir el momento en un divertido aprendizaje sobre el medio ambiente.“Se trata de una ciencia muy necesaria en un lugar inesperado,” afirma la Dra. Morikawa,añadiendo que los corales tan solo representan el 1% de la superficie mundial, pero contienen alrededor de un tercio de la diversidad biológica del planeta.
El Coral Lab es el esfuerzo más reciente que Iberostar ha realizado en salud costera, como parte de su movimiento Wave of Change, una triple iniciativa destinada a proteger los océanos y fomentar el turismo responsable, que incluye:
Con un compromiso que apela no solo a los 32.000 empleados del Grupo sino también a los 8 millones de clientes que recibe cada año, Iberostar tiene un poder único para inspirar a las personas y a sus homólogos de la industria con el objetivo de impulsar un cambio generalizado a través de su compromiso real y cuantificable con el medio ambiente.
“Como empresa familiar que lleva más de 25 años formando parte de la comunidad de laRepública Dominicana, estamos estableciendo un modelo de turismo cada vez más responsable, que dejará un legado mejor a las generaciones futuras de este país. Tenemos que reconocer esta responsabilidad y seguir tomando medidas audaces”, declara Gloria Fluxà, Vicepresidenta y CSO (Chief Sustainability Officer) de Grupo Iberostar.
El Coral Lab actuará como refugio para los arrecifes coralinos amenazados del Caribe. Es un banco genético, protegido ante los huracanes cada vez más devastadores en alta mar, donde viven la mayoría de arrecifes. Además, extrae el agua salada de los pozos, no del océano, y así lo protege de enfermedades de gran alcance y rápida proliferación, que afectan a los corales, como la SCTLD.
Entre sus características, el laboratorio cuenta con cuatro depósitos de 1.200 litros, otros cuatro con una capacidad de 500 litros y cuatro sistemas de control que permitirán a los investigadores simular con precisión las condiciones marinas futuras. Esto hará posible el desarrollo de cepas de coral resistentes al calor, que algún día podrían reponer los debilitados arrecifes que sustentan poblaciones enteras de peces y protegen los medios de vida costeros.
En palabras de la Dra. Morikawa: “Poner todo este engranaje en marcha en unos plazos tanjustos y en tierra firme fue un esfuerzo hercúleo que requirió innovación y colaboración. El personal del hotel Iberostar colaboró en la construcción y el diseño. El gobierno dominicano ayudó con la tramitación de los permisos. El diseño se consultó a una serie de ingenieros yacuaristas, y una empresa especializada en spa construyó los mandos de los depósitos”. Y prosigue: “Todos estaban dispuestos a poner su granito de arena. Esto nos ofreció unamaravillosa perspectiva local. Jamás hubiera esperado que fuéramos capaces de construirun laboratorio en un año, pero no teníamos otra opción, se nos agotaba el tiempo”.
Iberostar prevé inaugurar más instalaciones sanitarias costeras en otros emplazamientos en los próximos dos años y construir una serie de viveros en alta mar.
Cabe destacar que el laboratorio fue diseñado para brindar a los clientes y a la comunidad local una experiencia oceánica única e imborrable en tierra y exponerlos a un reto ambiental al que, de otro modo, nunca se podrían enfrentar.
“Creo que lo más importante es que los hoteles pueden contribuir a proteger nuestrosocéanos de formas que verdaderamente no esperábamos,” afirma la Dra. Morikawa. “Paradójicamente, nosotros, como comunidad científica, llevamos años trabajando en lacreación de un argumento económico a favor de salvar los arrecifes de coral. Lo queenganchó a Iberostar fue simplemente su deseo de protegerlos.”
Grupo Iberostar puso en marcha en 2017 el ambicioso movimiento “Wave of Change”,diseñado en línea con el Objetivo 14 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de NacionesUnidas (ODS), “Vida Submarina”, que trabaja sobre tres pilares fundamentales: laeliminación de los plásticos de un solo uso, el fomento de consumo responsable de pescado y la mejora de la salud costera.